Una nueva enfermedad infecciosa surge en los humanos cada 4 meses; el 75% de esas enfermedades infecciosas emergentes provienen de animales. Los ecosistemas sanos nos ayudan a protegernos de ellas porque la diversidad de especies hace más difícil la propagación de patógenos. Estos son algunos de los datos que emergen de las investigaciones que realiza Naciones Unidas y sus asociados con el fin de evaluar el impacto del cambio climático y la pérdida de biodiversidad, cuestiones que no sólo afecta a la naturaleza, sino también a la salud humana.
En esta conmemoración en que el mundo ha tenido que detener su marcha habitual por la expansión del COVID-19, la crisis ambiental no se ha interrumpido. Alrededor de un millón de especies animales y plantas se encuentran en peligro de extinción, por lo que la biodiversidad está en pronunciado declive. Es por eso que NU plantea convertir la recuperación post- pandemia “en una verdadera oportunidad de hacer lo correcto para el futuro”.
Medidas post pandemia
En ese orden, la organización remarca la necesidad de avanzar hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta y diseña una serie de medidas a tomar por los gobiernos: poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles y, quienes contaminan, que comiencen a pagar por lo que generan. Entre los principios que define como “una guía para recuperarnos mejor juntos” se incluyen:
1) El gasto de ingentes cantidades de dinero en la recuperación tras el coronavirus debe ir acompañado de la creación de nuevos trabajos y empresas mediante una transición limpia y ecológica.
2) Si se utiliza el dinero de los contribuyentes para rescatar empresas, es necesario vincularlo a la consecución de empleos verdes y de un crecimiento sostenible.
3) La artillería fiscal debe impulsar el paso de la economía gris a la verde, y aumentar la resiliencia de las sociedades y las personas.
4) Los fondos públicos deben utilizarse para invertir en el futuro, no en el pasado, y fluir hacia sectores y proyectos sostenibles que ayuden al medio ambiente y al clima.
5) Los riesgos y oportunidades climáticos tienen que incorporarse al sistema financiero, así como a todos los aspectos de la formulación de políticas públicas y las infraestructuras.