El debate por estos días es la presión tributaria que los argentinos de todos los puntos del país están teniendo que asumir y el efecto que ello tiene por un lado, sobre la economía familiar y, consecuentemente, en la relación con sus gobiernos. Se vuelve indispensable, entonces, dar las garantías al contribuyente de que sus recursos están siendo administrados en forma eficiente.
Surge así un aspecto que en tiempos de crisis económicas adquiere mayor notoriedad para marcar la diferencia: la importancia que tiene la calidad del gasto municipal a los fines de darle el uso eficiente y efectivo. ¿Cómo lograrla?
Administrar los recursos a los fines de tomar las decisiones que llenen las expectativas de los contribuyentes supone tener en cuenta múltiples factores. Desde monitorear el cumplimiento del programa que se ha trazado, hasta formular y ejecutar estrategias emergentes y que podrían no haberse previsto.
Es necesario, por tanto, evaluar y controlar los planes, programas y obras municipales, al tiempo que se incorpora la formulación de un buen presupuesto financiero que ofrezca respuestas a las distintas necesidades de los sectores que conforman la comunidad.
El programa de gobierno municipal debe registrar entre sus objetivos y metas de la administración pretendida, no solo un diagnóstico de la realidad del municipio, sino además el tipo y calidad de gestión que acompaña la administración de los recursos con los cuales se pretende brindar solución a las distintas necesidades.