Su población aumentó el doble que la tasa de las mayores urbes del país. Más de 500 mil vehículos confluyen en las saturadas arterias de la capital.
Con crónicos embotellamientos en su casco céntrico y sus neurálgicas avenidas, la capital salteña se aleja cada vez más de su imagen de ciudad apacible para mostrarse como epicentro de una expandida metrópolis que plantea serios problemas y desafíos en ocho municipios del Valle de Lerma.
Sus antiguas callecitas son hoy afiebradas arterias en las que miles de automovilistas, motociclistas, ciclistas y peatones pierden los nervios y a veces la vida. La red vial del área metropolitana le queda cada vez más chica a un explosivo crecimiento que en las últimas cinco décadas tuvo señales que se desatendieron en las políticas de arraigo y el planeamiento urbano. Por eso, aunque en lo que va del año las ventas de automotores y motos se desplomó un 50%, los problemas del tránsito se acentuaron con el millón de viajes que mueve el área metropolitana entre La Caldera, Vaqueros, Cerrillos, La Merced, Rosario de Lerma, Campo Quijano, San Lorenzo y la Capital.
La expansión anárquica del Gran Salta impacta, en forma cada vez más ostensible, en los servicios, el ambiente y la calidad de vida 650.000 personas. Los inicios del proceso se remontan a más de medio siglo atrás. Ya desde el censo de 1960 la curva poblacional de la ciudad de Salta evidenció un salto notorio por una intensa migración rural. Entre los diez aglomerados urbanos más grandes del país fue, por lejos, la que más creció entre 1960 y 2010. En esas cinco décadas, según registros del Indec, su población aumentó un 350%, casi el doble que la tasa promedio (180%) de los conglomerados de Buenos Aires, La Plata, Mar del Plata, Córdoba, Rosario, Santa Fe, Mendoza, San Juan y Tucumán.
El parque vehicular
La provincia, de acuerdo con datos actualizados por la Dirección Nacional del Registro de la Propiedad Automotor, tiene un parque vehicular activo de 313.016 automotores. El dato alude solo a los vehículos de cuatro ruedas en condiciones de circular.
Entre 2008 y 2018 el parque automotor se duplicó. En los últimos seis años se sumaron 105.000 automotores y 128.000 motos. Se patentaron 60 motocicletas por día: una cada 24 minutos. La mitad del parque vehicular tiene más de 15 años de antigedad.
En la capital
En las arterias de la ciudad de Salta confluyen diariamente 230.000 automotores, 270.000 motos, 610 colectivos, 4.000 taxis y remises con licencias y una cantidad no determinada de ciclistas.
La avenida Paraguay concentra más de 20.000 vehículos por día. Su línea concuerda con la ruta nacional 68, cuya traza se remonta a los tiempos de la colonia.
Las arterias céntricas de la capital se ven cada vez más saturadas y hay embotellamientos, en horas pico, hasta en las vías rápidas de las avenidas Ex Combatientes, Banchik, Tavella, Juan Perón y Bolivia.
Los fines de semana la única vinculación que tienen La Caldera y Vaqueros con la capital (la antigua traza de la ruta nacional 9) tiene tráficos infernales y las endebles estructuras del puente sobre el río Vaqueros apenas mantienen comunicadas a las urbanizaciones que expandieron hasta el dique Campo Alegre.
En la avenida Juan XXII, la inconclusa circunvalación que se extiende junto al Canal del Oeste, en la zona del templete San Cayateno, los cruces vehiculares sobre las dos vías de la avenida Entre Ríos son infernales.
Estacionamientos
En el casco céntrico capitalino, el sistema de estacionamiento medido tiene habilitados en la vía pública espacios para unos 3.500 vehículos. Las playas privadas añaden otra similar cantidad de plazas. La oferta es amplia, pero insuficiente para los niveles de demanda.
Transporte público
Según el estudio de movilidad que completó la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMT) en 2015 con financiamiento internacional, el Gran Salta mueve más de un millón de viajes diarios entre la capital y los otros siete municipios del área metropolitana. El 65% de los viajes se realiza en colectivos. Son más de 500.000 pasajeros por día y cerca de 184 millones al año.
Por la avenida San Martín, en el macrocentro de la ciudad de Salta, circulan hasta 346 colectivos por hora. El servicio masivo tiene mucho por mejorar tanto a nivel de prestaciones como en la incorporación de fuentes de movilidad más amigables con el ambiente y la salud pública.
Los datos expuestos reflejan parte de los desafíos que esperan a las nuevas gestiones municipales del área metropolitana y al Gobierno provincial.
Los patentamientos se desplomaron un 50%
El derrumbe de las ventas se sintió por igual en los autos y motos cero kilómetro.
Entre enero y noviembre se patentaron en Salta 10.254 automóviles, camionetas, utilitarios y camiones nuevos, cifra un 50,09% más baja que la del mismo período de 2018, cuando en los 11 registros de la capital y el interior se asentaron 23.540 automotores nacionales e importados.
En la venta de motos cero kilómetro, el derrumbe alcanzó niveles similares, ya que entre enero y noviembre se patentaron 11.796 unidades, contra 23.540 inscriptas en igual período el año pasado. La caída interanual en el segmento de las dos ruedas fue del 49,88%, según datos de la Dirección Nacional del Registro de la Propiedad del Automotor (DNRPA).
El 74,25% de los automotores patentados en lo que va del año (7.614 unidades) se asentaron en los siete registros que funcionan en la capital salteña.
En motos, se radicó en la ciudad de Salta el 49% de las unidades nuevas vendidas en la provincia.
En detalle
En los registros de la capital salteña se patentaron en los últimos once meses 7.614 autos, camionetas, camiones y vehículos utilitarios cero kilómetro. En Orán se radicaron 893 automotores, en Metán se asentaron 837, en el, registro de San Martín (Tartagal) se entregaron 753 títulos de propiedad y Cafayate cerró las cifras de los cuatro registros del interior de la provincia con 158 nuevas inscripciones.
En motocicletas, hubo en la capital 5.778 patentamientos entre enero y noviembre. Le siguieron Orán (2.629), Tartagal (1.744), Metán (1.137) y Cafayate (con 268 radicaciones).
A nivel país
En el promedio nacional, el sector automotriz acumuló en los últimos once meses un derrumbe de ventas del 43,43%.
La Asociación de Concesionarios de Automotores (Acara) informó que en noviembre se patentaron 25.624 unidades, un 35,48% menos que en el mismo mes de 2018. En relación con las ventas de octubre último la baja fue del 21,46%.
El balance de los once meses cerró con un total de 438.230 unidades comercializadas en todas las jurisdicciones del país, un 43,43% menos que en igual período del año pasado.
Empresarios nucleados en Acara reclamaron medidas urgentes para el sector y denunciaron la “voracidad fiscal” de algunos distritos, entre los que pusieron a la cabeza a la provincia de Buenos Aires.
El sector transita el tramo final del año (diciembre es el mes con menos ventas en Salta y el resto del país) con uno de los escenarios más sombríos de los últimos tiempos.
Los costos de una anárquica expansión
Muchas fincas del Valle de Lerma fueron convertidas en ciudades dormitorio.
El anárquico proceso expansivo del área metropolitana produjo en los últimos diez años una gradual expulsión poblacional desde las áreas más antiguas y consolidadas de la capital provincial hacia sus periferias y los municipios aledaños.
Desde 2009 se presentaron en la Dirección General de Inmuebles 650 proyectos de loteos y urbanizaciones. Muchos convirtieron a fincas del Valle de Lerma en ciudades dormitorio.
Solo en un 15% de los expedientes se cumplimentaron todos los pasos legales requeridos para la aprobación final de planos. El resto quedó observado por falta de efectiva provisión de servicios, líneas de ribera indefinidas, objeciones a los accesos viales proyectados y otros motivos de rechazo.
Los proyectos habitacionales de privados y del propio Estado se rigieron, en general, por el criterio de obtener la mayor cantidad de lotes y viviendas al menor costo posible.
Los patrones de localización de los proyectos se orientaron hacia áreas periurbanas, tradicionalmente agrícolas y productivas, por el menor precio del suelo en comparación con los grandes vacíos existentes en las áreas urbanas consolidadas.
Las sumas ahorradas en las inversiones iniciales generaron una enorme transferencia de sobrecostos en la prestación de servicios públicos esenciales como la recolección de residuos, el transporte de pasajeros, el alumbrado, limpieza, mantenimiento y pavimentación de calles. El impacto también se hace sentir en los presupuestos de infraestructuras (agua, cloacas, redes eléctricas, canales pluviales, defensas hídricas) y equipamientos de salud, educación y espacios verdes.
El avance de barrios cerrados y clubes de campo sobre fincas loteadas fragmentó el patrimonio ambiental y urbano con disfuncionalidades que hoy afectan, fundamentalmente, a los sectores de menores recursos. Con un déficit de más de 70.000 viviendas, el 90% de la población demandante no puede autofinanciar la construcción de su techo familiar ni acceder a créditos hipotecarios, con la consiguiente presión sobre el suelo rural y natural de la región metropolitana. El creciente congestionamiento de las arterias de la capital es otra consecuencia de la expansión anárquica del área metropolitana. En este punto, informes técnicos señalan que la ciudad de Salta necesita desconcentrar servicios y avanzar en nuevos nodos de conectividad barrial.
Fuente: El Tribuno